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Cuando se ha contribuido al sistema de la seguridad social por debajo de lo mínimo contemplado por las reglas del juego, el Estado compensa a la persona para que reciba la pensión mínima. Una mínima muy mínima que tienen rostro de mujer y que, además, supone una serie de esclavitudes que limitan la libertad de la persona.

En Cantabria, el 22,9% de las mujeres que reciben pensión contributiva sólo perciben la mínima (que, dependiendo de las circunstancias, en 2021, va de los 689 euros a los 851). Para recibir esa pensión con el “complemento a mínimos”, se debe cumplir una serie de condiciones. La más pesada es la de los ingresos adicionales. Si la persona percibe al año otros ingresos que superen los 7.707 euros, el complemento a mínimos se va reduciendo en la misma proporción en que haya sido sobrepasada hasta desaparecer. Estas personas, si comenzaron a percibir la pensión después del 1 de enero de 2013, tampoco pueden residir fuera de España más de 90 días.

Los hombres residentes en Cantabria que reciben esta pensión mínima complementada no superan el 11,5% del total de hombres con pensión contributiva. Es decir, que hay una brecha de género de 11,4 puntos.

En general, las mujeres de Cantabria que tienen pensión (62.173, en noviembre de 2021) deben hacerlo con mucho menos dinero que los hombres (67.090). Mientras la pensión media de los hombres es de 1.352 euros al mes, la de las mujeres se queda en 853 euros (-37%). En el caso de las pensiones de viudedad, que son las que reciben muchas de las mujeres que tienen la mínima con complemento, la media que cobran las mujeres no supera los 796 euros.

 

Datos: Ministerio de Empleo y Seguridad Social e Icane.