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En 1975, la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificó conmemorar cada 8 de marzo el “Día Internacional de la Mujer”, con el objetivo de alcanzar la igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres, algo que tantas décadas después seguimos exigiendo.

Además, Naciones Unidas anualmente selecciona un tema central para celebrar este Día y el lema de este año 2023 es: «Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género». Sin embargo, en este 8 de marzo, las mujeres mayores tenemos un abanico de necesidades que van más allá del acceso al mundo digital donde, por cierto, hemos conseguido eliminar la brecha de género en el acceso a internet o al teléfono móvil, aunque quede mucho por hacer en materia de formación o en las distancias que se acrecientan entre el mundo urbano y el rural. El empoderamiento digital de las mujeres mayores, y esto lo constata UNATE y Fundación PEM cada día, evidencia que ellas no se han resignado ante los obstáculos y las desigualdades que han atravesado sus vidas desde la infancia.

Esas desigualdades acumuladas tienden a hacer invisibles a las mujeres por el doble manto del machismo y del edadismo. Estos discursos sobre la vejez nos invisibilizan. Como mujeres mayores, nos reducen al papel de abuelas, de cuidadoras, de cocineras resignadas al entorno del hogar. Sí, las mujeres mayores somos fundamentales en el universo de los cuidados, pero no queremos que ese sea nuestro destino “natural” sino que tenemos el derecho a decidir si queremos hacerlo, cómo hacerlo y hasta cuándo.

No hay una sola forma de ser mujer mayor. De hecho, hablemos de las vejeces, pues las experiencias de las mujeres maduras, viejas o mayores, también son diversas. No queremos que nos encasillen y no queremos ser invisibles. Hasta hoy, en la privacidad de las familias, en las agendas públicas e, incluso, en las agendas de los feminismos, no ha habido lugar para los deseos y propuestas de las mujeres mayores. Ya es hora de cambiar esto.

Desde UNATE y Fundación PEM apoyamos con todos los recursos humanos y materiales a nuestro alcance los procesos de aprendizaje y participación de las mujeres mayores tal como ellas desean, pero también sabemos que tienen claras sus reivindicaciones como mujeres mayores libres a las que todavía se les niegan muchos de sus derechos, solo por el hecho de ser mujeres y mayores. Por eso, terminamos este manifiesto con sus propias palabras ya que a las mujeres mayores no hay que darles voz, porque ya la tienen: lo que tenemos que hacer como sociedad es escucharlas.

En las últimas semanas hemos escuchado a las mujeres mayores de diversos puntos de Cantabria y estas son algunas de sus reivindicaciones ante la sociedad, las políticas públicas y las familias, ámbitos en los que en ocasiones sienten que sus deseos, necesidades y derechos no se tienen en cuenta ni se les da reconocimiento y valor.

En este Día Internacional de la Mujer, las mujeres mayores de UNATE y Fundación PEM ponen de manifiesto y reivindican:

  • Nosotras tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones, a elegir en qué asuntos o temas familiares queremos implicarnos, y cómo hacerlo.
  • Cuando envejecemos seguimos aportando y sosteniendo la vida en mayor medida que los hombres.
  • Mientras nosotras, las mujeres mayores, estemos vivas, somos personas sexuales. Los hombres también, pero no tienen que demostrarlo. Si hablamos de nuestra sexualidad nos consideran locas o salidas. Si lo hacen ellos, resultan atractivos y vitales.
  • Queremos mujeres viejas y que no respondan al canon de belleza en el cine.
  • Nuestra opinión no cuenta porque somos mujeres y mayores.
  • Las mujeres somos indispensables.
  • Las pensiones de viudedad son las más bajas, aunque hayamos trabajado toda la vida y sigamos haciéndolo.
  • Las mujeres mayores nunca nos jubilamos porque seguimos trabajando en casa, aunque no se reconozca este trabajo.
  • Las viejas sostenemos el mundo.
  • Madre sí, criada no.
  • Reclamamos libertad.
  • Nos hubiera gustado poder estudiar cuando éramos niñas. Por eso, nos gusta tener la oportunidad de formarnos ahora que somos mayores.
  • Las mujeres maduras tienen menos oportunidades laborales que los hombres maduros.
  • Reivindicamos nuestros derechos a los 15 años, a los 30, a los 60…. Seguimos y seguiremos.
  • Somos mayores, somos diversas y estamos aquí.
  • No hay edades para el feminismo. Juntas somos más fuertes.
  • Llegamos a la edad madura, nos jubilamos, seguimos siendo productivas y necesarias para la sociedad. Exigimos reconocimiento.
  • Creímos que nuestras hijas no tendrían que luchar por lo mismo que nosotras.
  • Los derechos son inamovibles, hay que mantenerlos. Seguiremos luchando por nosotras las mujeres. Lo que no es un paso adelante, es un paso atrás.

8 de marzo de 2023