- En Cantabria hay unas 74.000 mujeres mayores de 65 años y un 32% de ellas viven situaciones de soledad no deseada.
- La precariedad de las redes de apoyo, la brecha de ingresos y la falta de políticas específicas para mujeres mayores juega en contra de un colectivo “diverso y con voluntad de participar en la sociedad”.
Muchas mujeres mayores son víctimas de una doble discriminación: la del género y la de la edad. UNATE, La Universidad Permanente, quiere recordar en el Día de la Internacional de la Mujer (8 de marzo) a estas mujeres mayores, invisibilizadas en la mayoría de discursos públicos de estas jornadas, y recordar que la pandemia del SARS-CoV-2 no ha hecho sino “agravar una situación de discriminación que ya existía antes”, explica Francisco Gómez, coordinador de UNATE.
El primer gran estudio sobre mujer mayor y soledad en Cantabria, realizado a finales de 2020 por UNATE y la Fundación Patronato Europeo del Mayor con el apoyo de la Dirección General de Igualdad y Mujer, confirma que un 32% de las mujeres mayores de Cantabria (unas 23.000) vive situaciones de soledad no deseada y un importante porcentaje, una de cada tres, no cuenta con una red de amistades o familia de suficiente calidad. El estudio muestra la inmensa diversidad de situaciones que viven las mujeres mayores, pero hay factores de desigualdad que marcan de manera significativa la calidad de vida y el acceso a derechos fundamentales. “El estudio, más allá de los factores internos, señala como definitivos los problemas a lo largo de sus vidas para acceder a la educación formal, la precariedad económica de muchas de las mujeres cuando llegan a mayores o los insuficientes apoyos cuando se quedan solas, porque se da por hecho que se pueden cuidar por sí mismas”, detalla Gómez.
La irrupción del coronavirus y sus consecuencias en forma de confinamiento, limitación de movimientos, cierre de actividades, prohibición de encuentros y visitas, ha agravado entre el colectivo de mujeres mayores los sentimientos de soledad y algunas de las realidades que producen desigualdad.
Además, aunque en Cantabria no hay estudios al respecto, UNATE muestra su preocupación sobre la poca presencia en el debate público de otra realidad que permanece oculta: la violencia de género contra las mujeres mayores. El último estudio de calidad publicado hace sólo unos días por el Ayuntamiento de Madrid muestra que las mujeres mayores sufren violencia de género durante muchos años y de forma naturalizada. En el peor de los casos, cuando esta violencia termina en feminicidio, el 13,02% de las víctimas corresponde a mujeres mayores de 65 años.
UNATE anima a las instituciones y entidades que trabajan con y para las mujeres a incluir a las necesidades y voces de las mujeres mayores en sus agendas y a tener en cuenta los elementos diferenciales de género en el envejecimiento. “Las mujeres mayores son diversas y tienen capacidades y voluntad de participar, el problema es la ausencia de espacios de autonomía y con efectos reales en los que puedan poner en juego todo lo que pueden aportar”.