Vivimos una época de extrema sensibilidad hacia diferentes formas de abuso y maltrato. Esa es una buena noticia. Una sociedad que no se escandaliza y moviliza ante eventos de vejación o de limitación clara de los derechos humanos de nuestros iguales es una sociedad con patologías profundas, con problemas para generar entornos de convivencia.
Sin embargo, en 2019, siguen existiendo zonas de sombra, entornos donde el maltrato acontecen en el silencio del ámbito privado o en las residencias alejadas de nuestro tránsito habitual. Se trata del abuso y del maltrato a las personas adultas mayores y no podemos calificarlo de algo anecdótico. Por eso, las Naciones Unidas instauraron el 15 de junio como el Día Mundial para la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez y, por eso, UNATE quiere hoy hacer un llamado de atención a toda la sociedad cántabra, a las instituciones y a las y los profesionales de los cuidados para que pongamos luz sobre este tipo de maltrato y tomemos las medidas para prevenirlo.
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Aunque hay un déficit de información en relación a estos abusos y maltratos, sí sabemos que alrededor del 5% de las personas adultas mayores son maltratadas de alguna manera en el ámbito familiar (maltrato físico, psíquico, sexual, económico, por negligencia) y que ese porcentaje puede llegar al 15% dependiendo de la edad y de las condiciones de la persona. El hecho es que esta violencia no suele denunciarse por la dependencia emocional, física o económica del agresor. Según un estudio de la ONU (2017) sólo se denuncia uno de cada 24 casos de abusos o maltratos en la vejez.
María Teresa Bazo, en uno de los pocos estudios de referencia sobre el maltrato en personas de estas edades señala a los victimarios: 55% de los casos de malos tratos han sido perpetrados por los hijos e hijas biológicos y políticos, en el 12% de los casos por el cónyuge, en el 7% por hermanos o hermanas, y en el 25% por otras personas. Tampoco podemos olvidar que en 2018, 576 mujeres de más de 65 años presentaron denuncias cómo víctimas de violencia de género y que entre 2013 y 2018 han sido 149 las mujeres de 65 o más años de edad las asesinadas por sus parejas o sus ex parejas.
UNATE quiere destacar hoy que las personas adultas mayores, aquellas que están en su vejez, son sujetos de derechos y aquellas que necesitan de ayuda –como necesitamos todos en una u otra medida- siguen siéndolo. La vejez es una edad plena, en la que las personas mayores merecen el respeto y el cuidado de una sociedad construida por ellas y a la que siguen aportando experiencia, sabiduría y creatividad.
Por eso, UNATE pide hoy un marco de políticas públicas que favorezca la prevención y promoción de los derechos de las personas en su vejez y favorezca la detección y denuncia de los casos de abusos y maltrato que hoy permanecen invisibles. Además, iniciamos una campaña para solicitar a la Real Academia Española (RAE) de la lengua que modifique cuanto antes la definición de la palabra Vejez que aún hoy está cargada de menosprecio y prejuicios.
Define así la RAE a la vejez: “Edad senil, senectud; Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos; Dicho o narración de algo muy sabido y vulgar”. La vejez es mucho más que esos tópicos y no está asociada necesariamente a la senectud ni a las manías o achaques.
La vejez es un tiempo de derechos y de respeto y UNATE va a seguir trabajando para que así sea en Cantabria, en el marco territorial de España y en todas las redes internacionales en las que participa, especialmente con el impulso de la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos de las Personas Mayores.