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  • El 52,57% de las personas de 65 años o más de los municipios cántabros con menos de 5.000 habitantes corresponde a mujeres.
  • Tras realizar varios grupos focales, el transporte, los servicios salud, los cajeros y las actividades de ocio ocupan la lista de reclamaciones de las mujeres mayores rurales en este 15 de octubre.

El Grupo Social UNATE, que reúne a UNATE, La Universidad Permanente y a Fundación PEM, trabaja en 29 municipios, de los que 20 tienen menos de 5.000 habitantes. Es un cuarto del total de los municipios rurales desde el punto de vista demográfico. Por eso, con motivo del 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales, su equipo ha realizado varios grupos focales en diferentes localidades para conocer lo que reivindican las mujeres mayores rurales en esta fecha.

“Lo que resulta evidente es que estas mujeres mayores no quieren seguir siendo invisibles y reclaman su papel en la sociedad”, explica Mónica Ramos Toro, coordinadora técnica del Grupo Social UNATE, quien avanza también que “en casi todos los grupos las mujeres señalan que sin determinados servicios de cercanía la despoblación es una condena para sus localidades».

Transporte público —en muchos de los casos inexistente—, médico y farmacia de forma continua y cajeros automáticos aparecen en la lista de reclamaciones, que se complementa con más actividades de ocio y más espacios donde se las tenga en cuenta. “Que nos traten con más respeto, que somos las últimas monas del pueblo», reivindica una de las mujeres de Gibaja que han participado en los grupos.

Unas 123.000 personas residían en los 82 municipios de menos de 5.000 habitantes de Cantabria y, de ese total, 16.099 eran mujeres de 65 años o más. El envejecimiento tiene rostro de mujer ya que el 52,57% del total de las personas mayores en esos municipios son mujeres y su tasa de envejecimiento es del 30,27%, tres puntos por encima de la general.

El encuentro del equipo del Grupo Social UNATE con estas mujeres mayores rurales se ha resumido en un vídeo de poco más de cuatro minutos en los que repasan sus vidas, las transformaciones positivas de los últimos años y todo lo que falta por recorrer (ver vídeo aquí).

“Las mujeres mayores de antes lo tenían más difícil, ahora tenemos más oportunidades de participar”, reconoce otra mujer de Mataporquera, donde ponen en valor el espacio positivo que suponen las asociaciones de mujeres, de mayores o culturales que sostienen la vida en las localidades más pequeñas.

Ramos Toro explica que en el mundo rural las mujeres mayores acumulan doble invisibilidad, “por ser mujeres y por ser mayores”. “Vienen, la mayoría de una trayectoria dura de sostenimiento de la vida, porque han criado familias, han cuidado de la tierra y del ganado, han mantenido la cultura y el reconocimiento ha sido escaso, aunque ellas mismas piden visibilidad al tiempo que reconocen que todo lo realizado también les ha proporcionado satisfacción”.

El Grupo Social UNATE, insiste su presidente, Modesto Chato de los Bueys, considera que el Gobierno de Cantabria y la Federación de Municipios deben abordar de forma urgente los reclamos de estas mujeres mayores rurales. “Si se produce una alianza público-privada para que todos estos servicios comiencen a proporcionarse con regularidad, estaremos ganando la batalla a la despoblación. Si nos apoyamos en estas mujeres, contaremos con aliadas dispuestas a dedicar una parte de su tiempo y energía a la transformación en positivo de la Cantabria rural”.