MANIFIESTO EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS MAYORES
La heroicidad de SER MAYOR en una sociedad edadista, machista y capacitista
Hace algo más de tres décadas, el 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, designó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas Mayores. Una década después, en 2002, la segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento adoptó el Plan de Acción Internacional de Madrid, para responder a las oportunidades y retos del envejecimiento de la población en el siglo XXI y para promover el desarrollo de sociedades para todas las edades. Más reciente es el plan presentado por la OMS “Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030” que se ajusta al calendario de la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en el que el eje central son las personas mayores tratando de aunar los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los y las profesionales, las instituciones académicas, el tercer sector, los medios de comunicación y el sector privado en aras de mejorar la vida de la población mayor, así como las de sus familias y comunidades.
Documentos, planes y estrategias no faltan para promover un envejecimiento activo y satisfactorio, aunque todavía el hecho mismo de envejecer, de hacerse mayor o de ser una persona mayor siguen envueltos en un edadismo que estigmatiza el proceso del envejecimiento, que anula el éxito que supone envejecer transformándolo en una derrota total, y que discrimina a las personas mayores con representaciones sociales negativas como personas enfermas, dependientes, tristes, cascarrabias e improductivas.
Todavía somos incapaces de sentir a la persona mayor que llevamos dentro a medida que transitamos cada etapa de la vida, a medida que envejecemos, porque seguimos sin querer envejecer y utilizamos eufemismos para no nombrar la vejez. De hecho, en realidad, las Naciones Unidas no celebran el Día Internacional de las Personas Mayores, si no el de las Personas de Edad, como si sólo la “edad” fuera una característica exclusiva de las personas mayores. Esto incide en cómo se sienten las personas mayores con el hecho mismo de su edad cronológica y en cómo se nombran a sí mismas. Desde luego, viejas no es la más aceptada, ya que a pesar de situarse por edad en la etapa de la vejez, consideran que sus vidas siguen teniendo importancia, significado y autonomía, algo que parece que no se puede tener si se es viejo, y no digamos vieja. Por ello, es un lugar común escuchar a personas que podemos considerar mayores que “se sienten jóvenes”. Esta expresión implica la idea de que hay una manera de sentirse según la edad y de que si se tiene ilusión, ganas de hacer cosas, proyectos por realizar o simplemente ganas de vivir, entonces no puedes sentirte mayor. Y no digamos la cantidad de frases prejuiciosas que circulan por todas partes como las que destacan que “ya no tienes edad para…” -vestirte así, tener deseos sexuales, viajar sola, etcétera-, o las frases que desprecian el hecho mismo de envejecer como “se envejece cuando se deja de aprender”.
Este edadismo o discriminación por edad nos impregna a toda la sociedad provocando que convirtamos el envejecimiento en un proceso patológico, casi como un fenómeno “curable” -de ahí las terapias “antienvejecimiento”- que definen el mismo hecho de envejecer como algo dañino, perjudicial y necesariamente evitable. Y que lo sitúa casi de manera exclusiva en el cuerpo que envejece convirtiendo la longevidad en un castigo en lugar de una oportunidad. Además, tiende a una homogenización de todas las personas mayores, como si llegar a una determinada edad, anulara las diversidades vividas en cada trayectoria vital.
Sin embargo, si algo caracteriza a las personas mayores es su heterogeneidad, porque envejecer es un proceso que recorre nuestro curso vital, de manera que cuanto más tiempo vivimos, más diversidad encontramos a edades avanzadas.
En el Día Internacional de las Personas Mayores desde UNATE y la Fundación PEM creemos que si dejamos de reducir el fenómeno del envejecimiento a un hecho esencialmente cronológico y biológico, y lo situamos como un hecho personal, social y político, ser mayor puede significar muchas cosas. Mucho dependerá de cuestiones individuales y personales, de los patrones y roles de género, de la visión que tenga la sociedad acerca del envejecimiento y la vejez, y de la relevancia que tengan estos fenómenos en la agenda de las políticas públicas.
Por todo ello, defendemos que las personas mayores son diversas y heterogéneas. Ser mayores no las hace vulnerables y frágiles, pero sí pueden vivir en sociedades, entornos y condiciones que impactan en sus vidas generando situaciones de vulnerabilidad. Reivindicamos que se deje de tratar de manera diferencial a las personas en función de su edad. Las personas mayores tienen derechos y deberes, los mismos que el resto de la ciudadanía adulta de nuestra sociedad. Es inaplazable que se repete su autonomía y toma de decisiones, en definitiva, que se defiendan y respeten sus derechos. Hacerlo además es defender a nuestro yo del futuro.
En este Día Internacional de las Personas Mayores desde UNATE y la Fundación PEM ponemos de manifiesto y reivindicamos la siguiente lista de derechos expresados por las propias personas mayores:
Derechos de las personas mayores:
- Derecho a ser personas autónomas, con capacidad de decisión
- Derecho a que se nos trate como personas protagonistas de nuestra propia vida
- Derecho a ser reconocidas, valoradas y a una imagen social digna
- Derecho a una vida libre de abusos y malos tratos
- Derecho a que se utilice con nosotras un lenguaje y un trato adecuado y respetuoso
- Derecho a ser y no a aparentar lo que se espera por nuestra edad
- Derecho a que sea reconocida nuestra heterogeneidad y diversidad
- Derecho a poner nuestra salud en nuestras manos
- Derecho a disponer de nuestros recursos económicos y financieros
- Derecho a decidir dónde queremos vivir y a disfrutar de entornos amigables
- Derecho a nuestra intimidad y deseos afectivo/sexuales
- Derecho al acceso en igualdad a los recursos públicos
1 de octubre de 2023