La soledad no deseada es uno de los hechos sensibles que afecta a muchas mujeres en su proceso de envejecimiento. No sólo por el hecho de tener una mayor esperanza de vida, sino por los cambios en los modos de vida y en nuestra sociedad. Pero también hay un tipo de soledad que permite a muchas mujeres desarrollar su autonomía y poner en marcha proyectos aplazados por haber dedicado buena parte de su vida al cuidado de otras personas.
Las intersecciones entre estos dos tipos de soledad, los muchos matices que determinan la incidencia de una y otra en la calidad del envejecimiento de las mujeres, las estrategias para gestionar esas realidades son los temas centrales de las II Jornadas Mujer y Envejecimiento que la Fundación PEM y UNATE proponen para este complejo año 2020, en el que las medidas preventivas sobre el Covid-19 han profundizado la soledad subjetiva de miles de mujeres.
El último gran estudio sobre soledad en personas mayores, realizado por la Fundación La Caixa en 2019 en base a 15.000 encuestas, revela que un 43,6% de las personas encuestadas están en riesgo de aislamiento social o se sienten solas; un 11,8% está en las dos situaciones a la vez, y solo un 44,6% no declara ningún tipo de riesgo de aislamiento social o sentimiento de soledad.
Entre el 26 y el 34% de las mujeres se sienten abandonados o echan de menos la compañía de los demás (aislamiento social) y son incluso más, entre el 26 y el 44% de las mujeres, quienes no tiene suficientes personas a las que recurrir en caso de necesidad o en las que confiar plenamente (aislamiento emocional).
Los datos de los que disponemos nos animan a poner la mirada en este fenómeno, en el carácter diferencial de la soledad emocional y social en las mujeres y de los caminos y estrategias con las que se puede abordar. En las Jornadas, además de contar con expertos y expertas de referencia en el sector, conoceremos el resultado de un primer estudio sobre mujer mayor y soledad en Cantabria, impulsado por la Fundación PEM, UNATE y la Dirección General de Igualdad y Mujer, y analizaremos los hallazgos surgidos en los talleres con mujeres mayores del ámbito rural que hemos desarrollado en varios puntos de Cantabria.
Las posibilidades de las Jornadas son algo más limitadas que en el año anterior por los efectos de la crisis del coronavirus, pero es importante mantener estos temas estructurales en el debate social, político y académico.